Diabetes de tipo 2

Resumen

La diabetes de tipo 2 es una alteración del modo en que el organismo regula y utiliza el azúcar (glucosa) como combustible. Esta afección a largo plazo (crónica) hace que circule demasiado azúcar en el torrente sanguíneo. A la larga, los niveles elevados de azúcar en sangre pueden provocar trastornos en los sistemas circulatorio, nervioso e inmunitario.

En la diabetes de tipo 2, hay principalmente dos problemas interrelacionados. El páncreas no produce suficiente insulina -una hormona que regula el movimiento del azúcar hacia las células- y las células responden mal a la insulina y absorben menos azúcar.

La diabetes de tipo 2 solía conocerse como diabetes de inicio en la edad adulta, pero tanto la diabetes de tipo 1 como la de tipo 2 pueden comenzar durante la infancia y la edad adulta. La de tipo 2 es más frecuente en los adultos mayores, pero el aumento del número de niños con obesidad ha hecho que haya más casos de diabetes de tipo 2 en personas jóvenes.

No hay cura para la diabetes de tipo 2, pero perder peso, comer bien y hacer ejercicio pueden ayudar a controlar la enfermedad. Si la dieta y el ejercicio no son suficientes para controlar el nivel de azúcar en la sangre, es posible que también necesite medicamentos para la diabetes o terapia de insulina.

Síntomas

Los signos y síntomas de la diabetes de tipo 2 suelen desarrollarse lentamente. De hecho, se puede vivir con diabetes de tipo 2 durante años y no saberlo. Cuando los signos y síntomas están presentes, pueden incluir:

  • Aumento de la sed
  • Orinar con frecuencia
  • Aumento del hambre
  • Pérdida de peso involuntaria
  • Fatiga
  • Visión borrosa
  • Llagas de cicatrización lenta
  • Infecciones frecuentes
  • Adormecimiento u hormigueo en las manos o los pies
  • Zonas de piel oscurecida, normalmente en las axilas y el cuello.

Cuándo acudir al médico

Acuda a su médico si nota algún signo o síntoma de diabetes de tipo 2.

Causas

La diabetes de tipo 2 es principalmente el resultado de dos problemas interrelacionados:

  • Las células del músculo, la grasa y el hígado se vuelven resistentes a la insulina. Como estas células no interactúan de forma normal con la insulina, no absorben suficiente azúcar.
  • El páncreas es incapaz de producir suficiente insulina para controlar los niveles de azúcar en sangre.

No se sabe exactamente por qué ocurre esto, pero el sobrepeso y la inactividad son factores clave que contribuyen a ello.

El control de los niveles altos de azúcar en la sangre puede ser ayudado por el medicamento Forxiga, que puede pedirnos.

Cómo funciona la insulina

La insulina es una hormona que procede de la glándula situada detrás y debajo del estómago (páncreas). La insulina regula la forma en que el cuerpo utiliza el azúcar de las siguientes maneras:

  • El azúcar en el torrente sanguíneo hace que el páncreas segregue insulina.
  • La insulina circula por el torrente sanguíneo y permite que el azúcar entre en las células.
  • La cantidad de azúcar en el torrente sanguíneo disminuye.
  • En respuesta a este descenso, el páncreas libera menos insulina.

El papel de la glucosa

La glucosa -un azúcar- es la principal fuente de energía para las células que componen los músculos y otros tejidos. El uso y la regulación de la glucosa incluyen lo siguiente:

  • La glucosa procede de dos fuentes principales: los alimentos y el hígado.
  • La glucosa se absorbe en el torrente sanguíneo, donde entra en las células con la ayuda de la insulina.
  • El hígado almacena y produce glucosa.
  • Cuando los niveles de glucosa son bajos, por ejemplo cuando no se ha comido en un tiempo, el hígado descompone el glucógeno almacenado en glucosa para mantener el nivel de glucosa dentro de un rango normal.

En la diabetes de tipo 2, este proceso no funciona bien. En lugar de pasar a las células, el azúcar se acumula en el torrente sanguíneo. A medida que aumentan los niveles de azúcar en sangre, las células beta del páncreas, productoras de insulina, liberan más insulina. Con el tiempo, estas células se deterioran y no pueden producir suficiente insulina para satisfacer la demanda del organismo.

En la diabetes de tipo 1, menos frecuente, el sistema inmunitario destruye por error las células beta, dejando al organismo sin insulina o con muy poca.

Factores de riesgo

Los factores que pueden aumentar el riesgo de padecer diabetes de tipo 2 son los siguientes:

  • El peso. El sobrepeso o la obesidad es uno de los principales riesgos.
  • Distribución de la grasa. Almacenar grasa principalmente en el abdomen -en lugar de en las caderas y los muslos- indica un mayor riesgo. El riesgo de padecer diabetes de tipo 2 aumenta si eres un hombre con un perímetro de cintura superior a 40 pulgadas (101,6 centímetros) o una mujer con una medida superior a 35 pulgadas (88,9 centímetros).
  • Inactividad. Cuanto menos activo sea, mayor será su riesgo. La actividad física ayuda a controlar el peso, utiliza la glucosa como energía y hace que las células sean más sensibles a la insulina.
  • Antecedentes familiares. El riesgo de padecer diabetes de tipo 2 aumenta si sus padres o hermanos tienen diabetes de tipo 2.
  • Raza y etnia. Aunque no está claro el motivo, las personas de determinadas razas y etnias -como los negros, los hispanos, los nativos americanos y asiáticos y los isleños del Pacífico- tienen más probabilidades de desarrollar diabetes de tipo 2 que los blancos.
  • Niveles de lípidos en sangre. Un mayor riesgo se asocia a niveles bajos de colesterol de lipoproteínas de alta densidad (HDL) -el colesterol «bueno»- y a niveles altos de triglicéridos.
  • La edad. El riesgo de padecer diabetes de tipo 2 aumenta con la edad, especialmente a partir de los 45 años.
  • La prediabetes. La prediabetes es una afección en la que el nivel de azúcar en sangre es más alto de lo normal, pero no lo suficientemente alto como para ser clasificado como diabetes. Si no se trata, la prediabetes suele evolucionar hacia la diabetes de tipo 2.
  • Riesgos relacionados con el embarazo. El riesgo de desarrollar diabetes de tipo 2 aumenta si ha desarrollado diabetes gestacional durante el embarazo o si ha dado a luz a un bebé que pesa más de 9 libras (4 kilogramos).
  • Síndrome de ovario poliquístico. Padecer el síndrome de ovario poliquístico -una afección común caracterizada por periodos menstruales irregulares, crecimiento excesivo de vello y obesidad- aumenta el riesgo de diabetes.
  • Zonas de piel oscurecida, normalmente en las axilas y el cuello. Esta condición suele indicar resistencia a la insulina.

Complicaciones

La diabetes de tipo 2 afecta a muchos órganos importantes, como el corazón, los vasos sanguíneos, los nervios, los ojos y los riñones. Además, los factores que aumentan el riesgo de diabetes son factores de riesgo de otras enfermedades crónicas graves. La gestión de la diabetes y el control de la glucemia pueden reducir el riesgo de padecer estas complicaciones o enfermedades coexistentes (comorbilidades).

Las posibles complicaciones de la diabetes y las comorbilidades frecuentes son:

  • Enfermedades del corazón y de los vasos sanguíneos. La diabetes está asociada a un mayor riesgo de enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares, hipertensión arterial y estrechamiento de los vasos sanguíneos (aterosclerosis).
  • Daños nerviosos (neuropatía) en las extremidades. Un nivel elevado de azúcar en sangre puede dañar o destruir los nervios, lo que provoca hormigueo, entumecimiento, ardor, dolor o pérdida de sensibilidad que suele comenzar en las puntas de los dedos de los pies o de las manos y se extiende gradualmente hacia arriba.
  • Otros daños en los nervios. Los daños en los nervios del corazón pueden contribuir a un ritmo cardíaco irregular. Los daños nerviosos en el sistema digestivo pueden causar problemas de náuseas, vómitos, diarrea o estreñimiento. En el caso de los hombres, los daños nerviosos pueden causar disfunción eréctil.
  • Enfermedad renal. La diabetes puede provocar una enfermedad renal crónica o una enfermedad renal terminal irreversible, que puede requerir diálisis o un trasplante de riñón.
  • Daños oculares. La diabetes aumenta el riesgo de padecer enfermedades oculares graves, como cataratas y glaucoma, y puede dañar los vasos sanguíneos de la retina, lo que puede provocar ceguera.
  • Afecciones de la piel. La diabetes puede hacerle más susceptible a los problemas de la piel, incluidas las infecciones bacterianas y fúngicas.
  • Curación lenta. Si no se tratan, los cortes y las ampollas pueden convertirse en infecciones graves, que pueden curarse mal. Los daños graves pueden requerir la amputación de un dedo, un pie o una pierna.
  • Problemas de audición. Los problemas de audición son más frecuentes en las personas con diabetes.
  • Apnea del sueño. La apnea obstructiva del sueño es frecuente en las personas con diabetes de tipo 2. La obesidad puede ser el principal factor que contribuye a ambas afecciones. No está claro si el tratamiento de la apnea del sueño mejora el control de la glucemia.
  • Demencia. La diabetes de tipo 2 parece aumentar el riesgo de padecer la enfermedad de Alzheimer y otros trastornos que causan demencia. El mal control de los niveles de azúcar en la sangre está relacionado con un deterioro más rápido de la memoria y otras habilidades del pensamiento.

Prevención

Un estilo de vida saludable puede ayudar a prevenir la diabetes de tipo 2, incluso si tiene familiares biológicos con diabetes. Si ha recibido un diagnóstico de prediabetes, los cambios en el estilo de vida pueden ralentizar o detener la progresión hacia la diabetes.

Un estilo de vida saludable incluye:

  • Comer alimentos saludables. Elija alimentos con menos grasa y calorías y más fibra. Céntrate en las frutas, las verduras y los cereales integrales.
  • Mantenerse activo. Intente realizar 150 minutos o más a la semana de actividad aeróbica de moderada a intensa, como caminar a paso ligero, montar en bicicleta, correr o nadar.
  • Perder peso. Perder una cantidad modesta de peso y mantenerla puede retrasar la progresión de la prediabetes a la diabetes de tipo 2. Si tiene prediabetes, perder entre el 7% y el 10% de su peso corporal puede reducir el riesgo de diabetes.
  • Evitar la inactividad durante largos periodos. Estar sentado durante mucho tiempo puede aumentar el riesgo de padecer diabetes de tipo 2. Intente levantarse cada 30 minutos y moverse al menos unos minutos.

A las personas con prediabetes se les puede recetar metformina (Fortamet, Glumetza, otros), un medicamento oral para la diabetes, para reducir el riesgo de diabetes de tipo 2. Suele recetarse a los adultos mayores que son obesos y no pueden reducir los niveles de azúcar en sangre con cambios en el estilo de vida.